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El bienestar y la ergonomía son también importantes para quienes trabajan desde casa

El uso del término «ergonómico» para describir el diseño de objetos resulta útil, pero no cuenta realmente toda la historia. La ergonomía engobla la relación entre una persona y las cosas que la rodean. Es una idea abstracta, que entreteje hebras diferentes: el contexto y el uso. Y cuando esas hebras cambian, lo que entendemos como buena ergonomía también cambia. Esto es así tanto para la gente que trabaja en una oficina como para los que lo hacen desde casa.

Los principios básicos de la ergonomía del espacio de trabajo, tal y como los entendemos ahora, han cobrado una enorme importancia con el uso casi universal de los ordenadores. Y los ecos de aquel estado de las cosas permanecen; todos guardamos esa imagen en la retina, la de empleados sentados ante un ordenador de sobremesa, con los mismos horarios y en el mismo lugar todos los días.

Algunas personas continúan trabajando de esta manera, pero muchas. Y, de hecho, por el momento y por primera vez, la mayoría no lo hace. Es algo de lo que tenemos que hablar, especialmente mientras la gente siga trabajando de forma fija durante largos períodos en su casa.

Al trabajar desde casa es probable que estemos acumulando problemas relacionados con una mala ergonomía y la falta de bienestar. Ningún espacio de trabajo permitiría que el personal trabajara en sillones o en una silla de cuatro patas en una mesa durante horas. Esas pueden ser características bienvenidas en un ambiente de trabajo ágil, pero la idea sigue siendo que la gente debe moverse.

Las cuestiones relacionadas de salud y seguridad son complejas, pero todas se basan en un principio fundamental. Las personas tienen los mismos derechos y necesidades, con independencia de dónde estén. La empresa tiene las mismas obligaciones para con todos sus empleados, trabajen desde casa o en la oficina.

Control remoto

En España, muchas de esas obligaciones se establecen en la Ley 31/1995 de prevención de Riesgos Laborales e incluyen la necesidad de facilitar equipo apropiado, realizar evaluaciones de riesgos, ofrecer capacitación y, en general, ofrecer un entorno de trabajo seguro. La legislación relacionada, como el Reglamento sobre equipos de pantallas de visualización, se aplica tanto a las personas que trabajan desde su casa como a las que trabajan en una oficina.

Sin embargo, no se trata únicamente de una cuestión de equipamiento y legislación. Se trata también de gestión. Todos tenemos la obligación de aceptar que claramente no es aceptable trabajar con un portátil sobre las rodillas durante horas. No lo haríamos en la oficina, así que no deberíamos hacerlo en casa.

Las Tablet PC plantean desafíos ergonómicos propios porque los usuarios suelen sostenerlos en posición baja, adoptando instantáneamente una mala postura. El problema ha sido reconocido por un equipo de investigación de la Escuela de Salud Pública de Harvard en los Estados Unidos, en un estudio de 2012 sobre los usuarios de portátiles publicado en la revista Work, en el que los investigadores midieron los movimientos de cabeza y cuello de cada usuario.

Los resultados mostraron que las tablets, al apoyarse en el regazo, causaban una mayor flexión de la cabeza y el cuello, lo que provocaba dolores en cuello y hombros. El autor del estudio, el Dr. Jack Dennerlein, comentaba lo siguiente acerca de los resultados: «En comparación con los típicos escenarios con ordenadores de sobremesa, el uso de tablets está asociado a posturas con una gran flexión de cabeza y cuello, lo que puede derivar en el desarrollo de molestias en cuello y hombros. La postura se aproximaba a la neutral únicamente cuando la tablet se utilizaba en la configuración de ángulo más pronunciado, en las posiciones horizontal y vertical máximas. Esto sugiere que los usuarios de tablets deben colocarlas más elevadas, sobre una mesa y no sobre las rodillas, para evitar ángulos de visión bajos, y utilizar un apoyo que genere ángulos de visión más pronunciados. Con un pero: los ángulos más pronunciados pueden resultar perjudiciales a la hora de manejar el teclado con las manos».

Un nuevo enfoque

Las nuevas tecnologías y las nuevas formas de trabajar exigen un nuevo enfoque de la ergonomía, que proporcione a las personas el equipo adecuado. No obstante, la gestión y las cuestiones culturales también marcan una gran diferencia. En muchos sentidos, los colegios son el modelo perfecto para la ergonomía contemporánea, ya que ofrecen una solución holística basada en las necesidades de un usuario móvil y activo y un amplio rango de ajustes para diferentes tareas. Esto no se fundamenta únicamente en un producto ergonómico, sino en la consideración de la relación entre las personas, la forma en que trabajan, el lugar donde lo hacen y las cosas de las que se rodean.

Dondequiera que trabajemos, a muchos de nosotros nos beneficiaría variar frecuentemente la postura en que trabajamos a lo largo del día, incluso trabajando de pie durante algunos períodos. Como mínimo, se deberían hacer descansos regulares para estirarse y caminar. Los productos para el espacio de trabajo, como las sillas, pueden ayudar si su diseño y ajuste fomentan el movimiento, pero la cultura y los patrones de trabajo son igual de importantes.

La ergonomía es un tema que depende del conjunto del espacio de trabajo, dondequiera que esté. Se trata de conocimiento, cultura y variedad, sobre todo a la hora de trabajar con tecnología moderna o al trabajar desde casa. No solo necesitamos formar a las personas para que entiendan la importancia de usar la tecnología de la manera más apropiada para su contexto, sino que también necesitamos animarlas a que se muevan.

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