El debate sobre el bienestar vuelve a la casilla de salida con el teletrabajo

Se ha convertido en un tópico decir que la pandemia ha puesto en marcha el mayor experimento de teletrabajo de la historia. Lo cual es cierto… excepto por un par de detalles no tan nimios. El primero es que el espacio de trabajo existe en un estado de beta permanente. Como, por otro lado, es normal. Si no se adapta constantemente a las circunstancias cambiantes, acaba siendo un lastre para la organización.

El otro es que aún no tenemos los resultados de este experimento, por mucho que algunos intenten hacernos creer lo contrario.

La prueba de esto se infiere cuando se considera cómo ha evolucionado la conversación sobre el teletrabajo solo en el último año. En la primavera de 2020, todos los días amanecíamos con noticias sobre el teletrabajo como «nueva normalidad» y la muerte de la oficina. Las empresas estaban sorprendidas por lo bien que funcionaban Zoom y otras tecnologías y de que la gente fuera igual de productiva en casa. Los que trabajaban desde casa estaban en general contentos con sus nuevas circunstancias, sobre todo si antes debían soportar arduos desplazamientos diarios.

Sin embargo, con el tiempo, la conversación ha ido cambiando. No todo el mundo está más feliz o es más productivo trabajando desde casa. Su salud mental y física ha empezado a deteriorarse, especialmente con la llegada del invierno. Las interminables reuniones por Zoom resultan agotadoras y parece que vivimos atrapados en el tiempo, en un día de la marmota al que no vemos fin. Tan es así que hay gente que ha introducido falsos desplazamientos en sus rutinas de teletrabajo.

Echan de menos a sus compañeros e incluso partes de la jornada laboral que eran motivo constante de queja. En casa hay tantas distracciones como en las oficinas, quizá más. La gente echa tanto de menos el ruido ambiental de cafeterías y oficinas, que han surgido nuevas apps y canales de Youtube, como Coffivity y Sounds on the House, que lo replican.

A los jóvenes les resulta difícil iniciar sus carreras y crear redes de contactos. También es menos probable que trabajaran en entornos propicios para el trabajo a distancia.

La gente se ha dado cuenta también de que no están haciendo realmente el mismo trabajo, solo que en un lugar diferente. Sus funciones han cambiado de varias maneras, algunas mejores que otras.

Las empresas también son más conscientes de estas y otras cuestiones. Como sus responsabilidades con la plantilla, protegida por la misma legislación pero ahora dispersa. O cómo se resienten ciertos tipos de comunicación. O cómo la productividad medida en función del rendimiento fomenta el presentismo y pasa por alto el hecho de que el trabajo intelectual es tanto transaccional como relacional. O las dificultades para mantener la cultura corporativa.

Y, sin embargo, no son muchos los que quieren volver a las andadas. El espacio de trabajo, dondequiera y comoquiera que esté, cambiará. Así pues, la conversación ha girado hacia una idea que ahora se conoce como trabajo híbrido, pero que no difiere mucho de la idea de trabajo flexible, un tema que ha sido investigado y debatido ampliamente y durante mucho tiempo por Sedus y otros expertos del mundo del trabajo. No es necesario elegir entre el hogar y la oficina, entre el horario de 9 a 5 y el trabajo asíncrono. Podemos elegir cuándo, dónde y cómo trabajar y con quién.

Para los que llevamos años señalando las ventajas del trabajo flexible y de una oficina que encaja en un ecosistema laboral centrado en el bienestar, la experiencia del usuario y la búsqueda de objetivos organizativos que beneficien a todos, esto ha sido a menudo frustrante. No obstante,  al mantener el rumbo y no dejarnos llevar demasiado por la corriente inicial de la primera mitad de 2020, hemos arribado esencialmente a donde ya estábamos, si bien un poco más sabios. Esta vez, sin embargo, se nos ha unido mucha más gente. Y eso tiene que ser por fuerza algo positivo.

Las cuestiones planteadas en este post se tratarán con más detalle en el próximo número de Insights. Aquí encontrará también los ejemplares atrasados del monitor de tendencias y podrá suscribirse para asegurarse de recibir el número 12 y todos los números futuros.