Siete consejos para una buena postura en los taburetes de oficina ergonómicos

Evite los problemas de espalda – use taburetes de oficina ergonómicos

1) Hacer uso de la función de ajuste de altura

La altura de un buen taburete puede ajustarse a las medidas del usuario. Para ello, los muslos deben formar un ángulo de al menos 90° con el resto de las piernas. Como regla general, cuanto mayor sea el ángulo, más saludable será la postura al sentarse y mayor el tiempo que es posible estar sentado. Al ajustar la altura del taburete de oficina, también debe ajustarse la altura de los restantes muebles de la oficina.

2) Adaptar el mobiliario de oficina al movimiento

La mesa es el centro neurálgico del trabajo en la oficina; incluso con el taburete de oficina más ergonómico es imposible mantener una postura corporal erguida sin dolor si el tablero de la mesa está demasiado bajo. La columna vertebral necesita movilidad y sostén. Para conseguirlo, los brazos y los antebrazos deben formar un ángulo ligeramente superior a 90° al permanecer apoyados.

3) Personalizar el puesto de trabajo

En la relación entre el taburete y la mesa, el siguiente detalle a ajustar para mejorar la movilidad en la oficina es el equipamiento. La altura e inclinación de la pantalla, la posición del teclado, el manejo del ratón… todos los equipos deben disponerse en un ángulo preciso:

• Para un ángulo de visión cómodo, el borde superior de la pantalla debe estar aproximadamente a la misma altura que los ojos y el ángulo de inclinación hacia atrás únicamente debe llegar hasta un máximo de 35°.
• Además del taburete de oficina ergonómico, un teclado también ergonómico favorece la postura natural de los brazos y las manos al escribir.
• La posición del equipo de oficina flexible (por ejemplo, ratón, bolígrafos, carpetas, etc.) depende de la longitud de los brazos del empleado.

4) Acolchamiento

Un acolchado en el asiento es la mitad de la batalla cuando se trata de ampliar el tiempo que es posible permanecer sentado. En cualquier caso, los taburetes de oficina ergonómicos deben aprovechar al máximo la superficie del asiento: es decir, que las nalgas y parte de los muslos llenen completamente el taburete. Hay que evitar a toda costa sentarse en el borde, evitando así un exceso de presión sobre la columna lumbar.

5) Acostumbrar la musculatura de la espalda al taburete de oficina

Sentarse en un taburete puede provocar al principio dolores musculares y de espalda, por la ausencia del respaldo y, en general, por la falta de resistencia física ante el cambio de la postura de asiento. No se preocupe. El ser humano es un animal de costumbres y con unos sencillos trucos pronto dejará de pensar en la silla de oficina:

• Utilice el taburete de oficina solo durante breves períodos al principio.
• Aumente gradualmente el tiempo que pasa sentado, para que los músculos de la espalda se acostumbren al nuevo mueble de oficina.
• ¡Deje pasar hasta dos semanas para acostumbrarse al taburete!

6) Cambiar dinámicamente la postura

Hay asientos que mantienen la postura en un equilibrio saludable gracias a su diseño. Por ejemplo, con los taburetes dinámicos, los taburetes activos y los taburetes de rodilla el cuerpo se ve impulsado constantemente a sentarse de forma activa y dinámica. Sin embargo, a pesar de toda la libertad y las ganas de moverse, el cuerpo también necesita descansar de tanto en tanto. Por eso debe cambiar regularmente entre el taburete elegido y una silla de oficina con reposabrazos y respaldo.

7) Pequeños ejercicios para los músculos y la columna

La concentración en un trabajo de oficina siempre va acompañada de cierta tensión. Por eso, las circunstancias deben cambiar dinámicamente durante la jornada laboral. Tomarse descansos regulares en el taburete oficina protege contra el agotamiento. Mejor aún: se pone en movimiento y se utiliza el asiento como «elemento de fitness». Realizar pequeños ejercicios de yoga ayuda, ya sea en el puesto de trabajo, en una sala de conferencias vacía o en una mesa alta de la oficina. Para esto último, Sedus ha desarrollado se:fit, la llamada «silla de pie», un vínculo natural entre estar sentado y de pie en el espacio de la oficina.