Tres consejos para optimizar la iluminación en la oficina
Monitor, documentos, compañeros… la percepción visual en el espacio de trabajo está sujeta a un cambio constante de influencias ópticas. Nuestros ojos están abocados a rendir siempre al máximo. No es de extrañar pues que, en ocasiones, no tarden en aparecer signos de fatiga, sobre todo si se padecen problemas de visión. De ahí la importancia de unas buenas condiciones de iluminación en el trabajo, no solo para la vista, sino también para favorecer los biorritmos y mejorar la productividad. A continuación presentamos tres consejos para optimizar la iluminación en la oficina y las ventajas de la luz natural, además del ahorro energético.
1) La orientación de las pantallas protege de las fuentes de iluminación no deseadas
Un frecuente juego de luces y sombras sobre el monitor a causa de la luz solar puede provocar una sobretensión en los ojos. No obstante, incluso con una buena combinación de luz indirecta y lámparas de mesa, la única forma de frenar el llamado deslumbramiento por reflexión cuando se trabaja frente a una pantalla de ordenador es cambiar la disposición espacial. En función de las condiciones de iluminación, esto se traducirá en bajar y subir persianas y bloquear la luz del sol o, más razonablemente: ¡disponer correctamente el mobiliario de oficina! Por lo tanto, para evitar reflejos indeseados, las mesas deben colocarse siempre en perpendicular a las ventanas.
2) Dinamizar las condiciones de iluminación en el trabajo
Al igual que el biorritmo humano se adapta a la hora del día y a las condiciones de iluminación respectivas, la dosis de iluminación elegida pueden tener un efecto positivo en la efectividad de los empleados en el puesto de trabajo. Así, por ejemplo, el RD 488/1997 especifica un nivel de iluminación de al menos 300-500 lux para los puestos de trabajo con pantallas de ordenador. Sin embargo, las investigaciones más recientes tienden a recomendar 1.000 lux con una temperatura de color de al menos 5.300 Kelvin, es decir, luz diurna blanca.
Por encima de esta iluminancia se promueve un efecto psicológico que favorece la concentración y evita los signos de fatiga. A veces ocurre incluso lo contrario: una iluminación tan intensa puede provocar a la larga trastornos del sueño entre los empleados. Así pues, en este espectro, se recomienda un control preprogramado, con cambios dinámicos de iluminación durante la jornada laboral.
3) La luz solar garantiza la eficacia a cualquier hora del día
La mejor iluminación sigue siendo la luz natural. Esto es aplicable por igual a todos los factores contemplados: la percepción visual durante la actividad laboral, la eficacia general, el efecto psicológico y el ahorro de energía. No es ningún secreto y todo el mundo lo ha sentido alguna vez: la luz solar favorece el rendimiento, la atención y la motivación. Así que la regla general para el trabajo con pantallas de visualización sería: ¡tanta luz natural como sea posible! Las plantas de interior se alegrarán también de ello.
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