TO SEDUS WEBSITE

Presiona ENTER para ver los resultados o ESC para cancelar.

Cómo evitar el «burnout» digital en el trabajo: entrevista con Elizabeth Marsh

En el pasado número del monitor de tendencias Sedus Insights, dedicado a los retos que supone la transformación de la oficina en un espacio de trabajo digital, entrevistamos a Elizabeth Marsh, investigadora sobre bienestar digital y directora de Digital Work Research. Con ella, analizamos el hecho de que la presencia digital puede ser una enorme fuente de estrés para los trabajadores en el espacio de trabajo híbrido. El estrés y la tensión tecnológicos pueden conducir con el tiempo a un «burnout» digital, que a su vez afecta a la salud física y mental. A continuación, un extracto:

Sra. Marsh, el trabajo híbrido describe una forma de trabajo que probablemente permanecerá durante cierto tiempo, cualesquiera que sean sus ventajas e inconvenientes. Entre estas últimas se incluye cada vez más una especie de fatiga a la hora de gestionar las herramientas digitales o las diferentes plataformas y medios sociales que utilizamos. ¿En qué medida afecta esta especie de «burnout» digital a nuestra forma de trabajar y de vivir?

E.M. El trabajo digital nos ha aportado a muchos una mayor flexibilidad y autonomía en nuestra vida profesional. También nos ha mantenido conectados y productivos durante los confinamientos provocados por la pandemia y en las modalidades de trabajo híbridos que cada vez son más populares desde entonces. Pero también tiene sus inconvenientes. En mi investigación he visto muchas pruebas de que existe una creciente sensación de agotamiento emocional entre los trabajadores, asociada a la sobrecarga digital y al exceso de conexión en el trabajo.

En la raíz de esta sensación de fatiga se encuentran las exigencias objetivas del espacio de trabajo digital y nuestra propia experiencia psicológica al enfrentarnos a ellas. Las exigencias objetivas del entorno pueden deberse a que la tecnología es demasiado ubicua y está siempre presente; también pueden deberse al rápido ritmo al que se introducen y actualizan las herramientas; o pueden deberse simplemente a que la tecnología no es adecuada para su propósito.

Además, se perciben estrés y tensiones por el uso de la tecnología. Esto puede implicar una sensación de sobrecarga o «burnout» digital, en particular, con un exceso de información y comunicación que nos llega, demasiados dispositivos y aplicaciones, y una excesiva complejidad de las funciones a nuestra disposición. Para algunos trabajadores puede darse una sensación real de ansiedad y agobio; y para otros, una sensación de compulsión por permanecer constantemente conectados a la tecnología, incluso fuera del horario laboral. El presentismo digital puede ser una enorme fuente de estrés para los trabajadores en el espacio de trabajo híbrido. Todos estos factores contribuyen a lo que se conoce como estrés tecnológico, efectos que, con el tiempo, pueden conducir al agotamiento y repercutir en la salud física y mental.

Siendo un problema tanto para los trabajadores como para las empresas, ¿cuáles son los mayores retos a la hora de gestionar los efectos a corto y largo plazo de la fatiga digital?

E.M. Creo que uno de los mayores retos es que el agotamiento digital aún no es tomado en serio en muchas organizaciones, y los directivos y empleados no reciben apoyo para adquirir las competencias «blandas» necesarias para evitarlo. En el espacio de trabajo físico, reconocemos que existen ciertos peligros y perjuicios que deben comprenderse y gestionarse para mantener la seguridad de los trabajadores. En el espacio de trabajo digital la cosa no es muy diferente: hay una serie de amenazas y perjuicios tecnológicos que es necesario conocer y gestionar por los riesgos que suponen para el bienestar de los trabajadores. Amenazas como la sobrecarga, la ansiedad y el estrés en relación con el espacio de trabajo digital están dando lugar a perjuicios muy reales, como el agotamiento y la reducción del rendimiento y la satisfacción en el trabajo.

¿Y qué tipo de prácticas o políticas de bienestar pueden ayudar a reducir el «burnout» digital en el lugar de trabajo?

E.M. Debemos gestionar los amenazas y perjuicios a tres niveles: organizativo, tecnológico e individual.

En el primer nivel de la organización, necesitamos integrar elementos culturales, prácticas de liderazgo y políticas organizativas que fomenten un uso saludable y razonable de la tecnología en el espacio de trabajo.

Esto puede ser especialmente eficaz cuando se desciende al nivel de los equipos, donde pueden establecerse acuerdos en torno a prácticas digitales que ayuden a fomentar la productividad y, al mismo tiempo, protejan el bienestar. Una de las mayores fuentes de estrés digital para los trabajadores híbridos son las reuniones en línea, por lo que contar con prácticas compartidas para hacerlas más agradables y productivas puede marcar realmente la diferencia. También es importante limitar conscientemente el número y la duración de las reuniones en línea.

En el segundo nivel, el de la tecnología, tenemos que crear espacios de trabajo digitales que sean útiles y adecuados para que las personas sean productivas y prosperen en el trabajo. Esto implica que los programadores se tomen un tiempo antes de implantar nuevas tecnologías y, así, asegurarse de que han comprendido realmente lo que necesitan los empleados y cómo trabajan, de modo que las soluciones puedan facilitarles el trabajo en lugar de hacérselo más estresante.

Por último, en el tercer nivel, el del individuo, tenemos que ayudar a las personas a tener las competencias y capacidades adecuadas para aprovechar al máximo el espacio de trabajo digital y proteger su bienestar mientras lo utilizan. No debemos subestimar la diferencia que puede suponer dotar a las personas de las competencias digitales adecuadas y ayudarles a adquirir confianza en el mundo digital. Mi investigación en curso también demuestra que las competencias cognitivas, como la atención plena o «mindfulness», pueden ayudar a fomentar un uso saludable de la tecnología, lo que incluye encontrar un equilibrio entre conexión y desconexión y ser capaz de vivir una buena vida profesional mientras se utiliza el espacio de trabajo digital.

Burnout digital

Cada vez hay más aplicaciones y herramientas digitales que prometen ayudarnos a gestionar nuestra «esfera digital» y a estar más concentrados: ¿no resulta un poco paradójico?

E.M. No cabe duda de que la tecnología puede formar parte de la solución, siempre que se emplee en base a los buenos principios y prácticas que establezcamos para su uso. En la actualidad existen multitud de herramientas que nos ayudan a ser conscientes de cómo (y cuánto) utilizamos la tecnología, proporcionándonos datos en los que basar nuestras decisiones sobre cómo cambiar o adaptar nuestras prácticas tecnológicas. Incluso hay herramientas que nos ayudan a crear espacios digitales tranquilos para concentrarnos en el trabajo y herramientas que nos animan a hacer un paréntesis de atención o a tomarnos un descanso.

Además, en ciertos círculos tecnológicos ha empezado a surgir un movimiento de tecnología «silenciosa», cuyo objetivo es diseñar tecnología que interrumpa y distraiga menos. Todos estos avances son magníficos, pero no hay que olvidar que estas soluciones pueden resultar menos útiles o accesibles para las personas con menos confianza o competencias digitales.

Volviendo al espacio en el que trabajamos: ¿qué papel desempeña el espacio de trabajo, en casa o en la oficina, para prevenir el «burnout» digital?

E.M. Configurar nuestros espacios físicos y digitales para apoyar el tipo de trabajo que estamos haciendo puede ayudar a prevenir la fatiga digital, entre otras cosas. La medida en que podamos hacerlo dependerá del tipo de función que desempeñemos, así como de las circunstancias en las que vivamos. A alguien que tenga un despacho privado en casa y muebles ergonómicos le puede resultar más fácil que a alguien que trabaje desde el sofá en un salón compartido.

En lo que respecta específicamente al «burnout» digital, en la medida de lo posible debemos establecer límites claros: tanto entre los momentos y espacios de trabajo y no trabajo, como entre los distintos tipos de trabajo.

Durante las horas de trabajo, puede ser útil comprender el tipo de trabajo que estamos haciendo, por ejemplo, centrarnos en escribir un informe o ponernos al día con las actualizaciones de la empresa, y configurar nuestro espacio digital para apoyar esa intención. A veces puede estar bien que nos interrumpan los mensajes instantáneos o los correos electrónicos, y otras veces puede que tengamos que desconectarlos conscientemente o recibirlos por lotes para ocuparnos de ellos en otro momento.

Fuera del horario laboral, esto puede significar guardar los dispositivos digitales fuera de la vista o silenciar las notificaciones. En todos estos ejemplos, se trata de tener una intención clara para lo que estamos haciendo y configurar nuestros mundos físico y digital para apoyar esa intención, en la medida de lo posible.


Elizabeth Marsh es investigadora sobre bienestar digital y consejera en Digital Work Research Ltd, una empresa que ayuda a las organizaciones a comprender y mejorar la destreza digital de los trabajadores. Con casi 20 años de experiencia en el sector de las intranets y los puestos de trabajo digitales, Marsh es una experimentada investigadora, consultora y escritora. Su amplia experiencia incluye la gestión práctica de intranets, la investigación de las mejores prácticas del sector y la consultoría para una gran variedad de organizaciones, como Reuters, T-Mobile, Nationwide, Wolseley, IKEA, el Parlamento británico, AXA, AT&T y el Gobierno escocés. En 2014 fue coautora de «The Digital Renaissance of Work» con el CEO de DWG, Paul Miller, que fue preseleccionado para el Libro de Gestión CMI del Año 2015. En 2018, publicó un informe basado en su investigación académica y de la industria en esta área «The Digital Workplace Skills Framework: Ensuring the workforce is ready to work digitally». También ha publicado un estudio empírico revisado por pares sobre el impacto de la alfabetización digital en la adopción del espacio de trabajo digital en la revista International Journal of Digital Literacy and Digital Competence.

Últimos posts:

Click to rate this post!
[Total: 1 Average: 5]